viernes, 14 de septiembre de 2012

Los niños y la peluquería.


Cuando me preguntan que si corto el cabello a niños. Siempre digo que si, por supuesto contesto, ya que siempre me ha gustado y la verdad, que lo paso bien haciendo del corte un  momento tanto  para el crio como para sus padres, lo más agradable y ameno  posible.

Pero no siempre sale como nos gustaría.
Recuerdo hace años, un crio al que le había llegado a cortar el cabello de rodillas y el retorciéndose sobre el regazo de su abuela, otras veces del disgusto que cogían algunas criaturas, al acabar se dormían del cansancio. Y llegar a probar, primero en la sillita. Esa que muchos de los que hoy en día me traen a sus hijos anteriormente habían probado ellos mismos. Y luego al no poder cortarles el cabello. En brazos de su padre y al final en los de su madre, que normalmente los tranquiliza más.

Hay de todo, y no todos son traviesos o movidos, también los hay que ni se mueven. Los que no te quitan ojo de encima, los que miran de reojo, los que no paran de hablar, reír o jugar en la silla, y estos a veces también son de campeonato.
Menos mal que en casi la mayoría de la ocasiones la cosa acaba bien o casi bien. Sobre  todo en los cortes que les realizamos. Pero hay que reconocer. Que cuesta muchísimo Realizar un buen corte, y menos que no nos quede  una patilla sin cortar, o la nuca que casi siempre queda como queda, o una zona medio acabada.

No hay más cera que la que arde. Y si, me gustan muchos los niños. Y me encanta cortarles el cabello. Pero de vez en cuando y como dijo Cantinflas  “a mi los pequeños me vienen grandes”

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Vaya regalo nos han hecho.


Después de varios días sin escribir en mi blog, no sabia que es lo que escribiría pero hoy me lo han facilitado y mucho.
Nos vino como cada mes el señor Ríos. Cliente habitual y en su caso el más antiguo junto a un par más, hace 67 años que viene. Ni  mi padre  era aún barbero y el ya venía la salón donde el empezó. 


Ya habíamos hablado alguna vez de nuestro servicio Premium  que consiste en un corte de cabello, masaje craneal de 8 minutos  combinando 3 productos. Y una bebida selecta.
Y va el señor y nos trae un whisky glenfarcas año 1982 valorado en mas de 145€. Dado que ya no quedan muchos a la venta.


Ahí es nada. Y eso que a mi no me gusta o debería decir gustaba, ya que al abrir dicho regalo. Evidentemente saqué 3 vasos de chupito y al señor le puse su bebida. Y un dedito para mi y otro para Toni. Ya que no iba a hacerle un feo. Repito no me gusta el whisky. Pero hoy al probar este. La verdad que me encantó el sabor que tenía.
Y me tranquiliza por que evidentemente no voy a tomar por ahí whiskys de tanta pasta.


Maldito regalo Ríos… la verdad que detalles así no se tienen cada día y es que son cosas como estas y muchas más, las que hacen que ame tanto este maravilloso oficio que tengo la suerte y el placer de realizar día a día.