lunes, 30 de enero de 2012

Como poder cagarla

Hay temas que mejor sería no preguntar, como por ejemplo de que trabajas, y me explico ya que un buen día y después de varias visitas a mi barbería de un cliente de un cliente del Este, y como ya había cierta confianza, me dio por preguntar a que se dedicaba este buen mozo, y el con su aire de ex agente del kgb, me suelta…. Mis cosas…. Ahí es nada, quizás escrito no dice mucho pero os juro que se me heló la sangre y me quedé mudo, ni decir tiene que no se narices decirle el resto de el corte y el resto de veces que vino hasta que según mi criterio en algún ajuste de cuentas lo deben de haber pelado y no precisamente otro barbero.
Aún recuerdo a Toni el mamón como se reía.
Tampoco habría que hacer según que comentario tipo, al acabar un corte de pelo de un niño pequeñito decir, a ver si al abuelo le gusta el corte de pelo… y el señor, decirme, si no soy su abuelo, soy su padre. Glups… tragué saliva y un lo siento salió de mi alma. En este caso había mucha edad entre ambos, por cierto la madre era muy bonita, este dato no importa pero a mí en su momento si me importó.
Decir que cuanto tiempo hace que no veo a tu padre tampoco, ya que la respuesta fue… si hace más de un año que se murió.
Eso sí, también me vengué alguna vez de algún pesado tipo… un chico que venía hace mucho tiempo y ahora hace mucho años que no viene. Y era súper pesado,  por culpa mía. Habría que decirse. ya que se me ocurrió decirle que por que no saludaba más a menudo y desde ese día toooodos  los días pasaba 2 y 3 veces a saludar todos, pero ya un poco  harto decidí y después de meses darle un susto que aún no se habrá recuperado, me puse detrás de la puerta acachado y al entrar y no ver a nadie tras su bon día o bona tarde de turno, salté y le dije ¡¡buhh!!
Malparitttttt me soltó jajajajajaja, ni que decir tiene que no pasó más a saludar que si a cortarse el pelo por suerte ya que me pasé 3 pueblos, por qué no podía más con el plomo del colega  en cuestión.
Así que vigilad lo qué decís ya que somos dueños de  nuestros pensamientos y esclavos de nuestras palabras.

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